Iglesia
Existen en el mundo infinidad de iglesias, y estas iglesias corresponden a múltiples confesiones. Tras mucho tiempo visitando iglesias de todo el mundo, me he decidido a contarles cómo son esos templos.

Empezaremos contando como es la liturgia de las iglesias. Normalmente la liturgia está formada por un sólo elemento: el sermón. En la mayoría de iglesias es un único párroco el que hace el sermón, aunque existen iglesias donde hay más de un párroco, y todos ellos elaboran sus propios sermones, aunque todos tengan un mismo espíritu y sigan una línea argumental más o menos coherente.

Algunas iglesias congregan a miles de feligreses a diario, considerando algunos estudiosos de la teología que deberían llamarse catedrales. Pero la gran mayoría son pequeñas ermitas que son apenas visitadas por un pequeño número de feligreses. También existen innumerables iglesias abandonadas, ruinas donde antaño otros párrocos dieron sermones con mayor o menor fortuna.

Cada párroco es libre de adorar a los profetas que considera oportuno. En este sentido, no suele ser frecuente la presencia de imágenes de dichos profetas en el interior del recinto, y los párrocos intentan ocultar su adoración por los mismos, en general sin éxito. Por ello, tras asistir a un breve número de misas, los feligreses suelen hacerse una idea de qué profetas son los que adora el párroco. Entre los profetas, muchos de los cuales fueron santificados en su día, cabe destacar a San Esteban Trabajos, de la Cofradía de la Adoración de la Manzana, San Guillermo Puertas, patrón de los Cofrades del Reinicio o incluso algunos profetas nórdicos como el finlandés San Linusio, patrón de la Cofradía de los Pingüinos, y cuyos seguidores son conocidos por el ancho mundo por su fuerte y aguerrida defensa de los valores que pregona el profeta.

Los sermones son de distinta duración. Algunos párrocos son conocidos por declamar largos discursos. Otros realizan pequeños sermones con más o menos profundidad de discurso. También hay párrocos que en ocasiones en lugar de pronunciar sermones se limitan a decir a sus feligreses que visiten otra iglesia para escuchar un sermón, cosa que algunos feligreses no dudan en hacer. Incluso se han dado casos de párrocos que en lugar de pronunciar sus propios sermones han pronunciado sermones de otros párrocos, cosa que suele ser mal valorada en general por los propios párrocos y por los feligreses, a los cuales les gusta ir a misa a escuchar temas que enriquezcan su espíritu y no pensamientos de otros párrocos.

Iglesia
Una vez acabado el sermón, hay párrocos que permiten que los feligreses opinen en el interior de la iglesia. Muchas veces nadie quiere opinar sobre el sermón, pero muchas otras los feligreses aportan distintos puntos de vista, y el párroco puede optar por moderar esa discusión o dejar que esta se desarrolle tranquilamente sin su intervención. Otros párrocos no permiten que sus sermones sean puestos en duda en el interior de su parroquia y prefieren que cada uno discuta en su propia iglesia sobre el sermón.

A este efecto, resulta interesante significar que toda persona que quiera puede abrir su propia iglesia. Dicha persona puede abrir dicha iglesia allá donde quiera y empezar a pronunciar sus propios sermones. Normalmente empezará asistiendo a otras parroquias para pulsar la actualidad que otros párrocos desarrollan en sus sermones, de manera que los primeros sermones del novato párroco serán poco originales. A la hora de abrir una iglesia, los curas con pocos recursos pueden acudir, por ejemplo, a San Guillermo Puertas para que les alquile un pequeño solar donde construir su iglesia, aunque algunos párrocos y feligreses consideran que los materiales que proporciona San Guillermo son de mala calidad. Los párrocos con más experiencia recomiendan adquirir un solar y construir su propia iglesia, manteniéndola limpia y adecentada.

En general los discursos de los párrocos son bastante sosegados. Son discursos sobrios y que el párroco pronuncia sin levantar la voz. Sin embargo, en ocasiones algún párroco puede desarrollar un sermón contra algún profeta de otra iglesia, lo cuál suele despertar las iras de los feligreses de las iglesias que adoran a dicho profeta. Es en estas ocasiones donde las discusiones en el interior de la iglesia pueden tornarse desagradables y pueden incluso acabar obligando al párroco a desalojar a todos los feligreses.

Se estarán preguntando, queridos lectores, cómo saben los feligreses cuando hay misa. Pues es muy sencillo. La mayoría de los feligreses visitan periódicamente la iglesia, sin saber si va a haber o no misa ese día. Otros feligreses cuentan con un dispositivo de última generación llamado Receptor Sinusoidal de Sermones, mediante el cuál el párroco les informa de que ha elaborado un nuevo sermón, y les conmina a asistir a la misa en cuanto les sea posible.

Iglesia
Es frecuente que los curas envíen un aviso de que han pronunciado nuevos sermones a distintas bibliotecas donde se censan los sermones. Estas bibliotecas permiten que un feligrés pueda buscar sermones de curas donde se hayan tocado temas de su interés. Entre las bibliotecas destaca la Biblioteca Tecnoratiana, que mantiene un censo de 27 millones de iglesias repartidas por el mundo, y según la cual casi tres millones de curas pronuncian sermones al menos una vez a la semana. De ahí que la labor de las bibliotecas sea imprescindible para catalogar ese gran volumen de sermones.

También existen centros donde montones de feligreses se reúnen para hablar de los sermones que han oído en sus viajes de iglesia en iglesia. Estos centros permiten que curas desconocidos tengan su minuto de gloria, y que dispongan de una inusual afluencia de feligreses. En España, un párroco que se rumorea es adorador de San Linusio, construyó uno de los centros más conocidos y populares, cuyos feligreses son conocidos como “meneadores”.

Por último, llama y mucho la atención entre algunos feligreses y también párrocos, la poca presencia de mujeres con iglesia. Aún siendo posible abrir una iglesia independientemente de que el párroco sea hombre o mujer, la presencia de mujeres con iglesia propia es muy reducida.

Con esto, damos por finalizado el sermón de hoy.

Y recuerden que aún quedan millones de ateos ahí afuera que no van a la iglesia.

Id en paz, hermanos.

(Inspirado levemente en un sermón del Padre Rogelio Bernal)