Gracias a un post de Walter Kobylanski descubro iKarma.

A partir de ahora a la hora de contactar con un profesional a través de la web ya disponemos de una herramienta que nos servirá para decidir si podemos fiarnos o no de esta persona.

Si llega a convertirse en algo popular no me extrañaría que el simple hecho de no figurar en iKarma pudiera ser interpretado como una mala señal.

Como afirmación la veo peligrosa en cuanto a las implicaciones que puede tener. Al menos hasta que se puedan verificar las identidades de los participantes en dichas redes. En cuanto a iKarma, no veo ninguna diferencia a un LinkedIn o otros proyectos de redes sociales.